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jueves, 17 de marzo de 2011

CARDENAL Y OBISPO MOYA, 50 AÑOS DE SACERDOCIO

Ramón Urbáez
Santo Domingo

 
Santo Domingo, 17 MARZO 2011-“Para mí, hablar de Nicolás López es un disfrute”, dice con ingenua candidez, monseñor Jesús María de Jesús Moya, el obispo que lo sucedió en la diócesis de San Francisco de Macorís hace casi 30 años, y que hoy, al igual que el cardenal López Rodríguez, mañana, celebra sus bodas de oro sacerdotales.

Moya se ordenó el 17 de marzo de 1961 en la catedral de Santiago y López Rodríguez el día siguiente (18 de marzo) en la catedral de La Vega. Al primero le impuso las manos el obispo Hugo Eduardo Polanco Brito, de Santiago, y al segundo, monseñor Francisco Panal, obispo de La Vega.

Los dos ingresaron en el mismo curso al seminario Santo Tomás de Aquino en 1950. “Yo ingresé el 28 de septiembre y Nicolás un mes después, pero como era asombrosamente inteligente enseguida se puso al día en todas las materias”, sonríe Moya al recordar el hecho.

“Cuando llegó al seminario, Nicolás inmediatamente se compenetró con el grupo, era muy estudioso, atento, simpático, serio y recto”, recuerda Moya. “Para él siempre dos más dos eran cuatro, y no aceptaba que nadie le dijera que eran tres y medio, ni cinco, ni ninguna otra cosa”, sonríe de nuevo el obispo.

Acción de gracias. En San Francisco de Macorís iniciaron la celebración

por los 50 años de vida sacerdotal de monseñor De Jesús Moya.

“Ese siempre ha sido el Nicolás de niño, de adolescente, de joven, de estudiante, de sacerdote, de obispo y el mismo Nicolás de hoy, el único Nicolás que he conocido, con una definida y única personalidad”.


Las fiestas

Los dieciocho obispos del país se reunirán hoy jueves en la catedral Santa Ana, de San Francisco de Macorís, para concelebrar la eucaristía solemne, que encabezará el obispo Moya, con ocasión de la gran fiesta de sus 50 años de ordenación sacerdotal. Mientras que mañana viernes la gran fiesta será en la catedral Primada, sede del Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez, quien ostenta, además, la dignidad universal del cardenalato, que le confirió el Papa Juan Pablo II en el año 1991.

La concelebración en la catedral, presidida por el Cardenal, reunirá de nuevo en menos de 24 horas a los 18 obispos y al nuncio de Su Santidad, Jozef Wesolouski, y otros prelados invitados especiales, en la eucaristía que se iniciará a las 11:00 de la mañana.

Como en la diócesis de San Francisco, en Santo Domingo cientos de organizaciones religiosas y grupos arquidiocesanos celebrarán en grande las bodas de oro sacerdotal del cardenal López Rodríguez, uno de los prelados más destacados e influyente de la iglesia Católica del último siglo.

La misa de la catedral de Santo Domingo será transmitida en directo por varios canales de televisión y una red de emisoras católicas que cubrirán todo el territorio nacional.

Esta tarde en la estación Televida se efectuará una vigilia, desde las 2:00 hasta las 9:00 de la noche, con la exposición del Santísimo, en acción de gracias por los 50 años del cardenal López Rodríguez, la cual será dirigida por el franciscano fray José Guerrero, y otros sacerdotes.

Participarán decenas de grupos de oración y corales. El sábado Televida transmitirá un audiovisual sobre la vida del cardenal López, en el cual participan familiares, colegas del episcopado y personas que conocieron de niño al sacerdote.

Nacido en Barranca, La Vega, el 31 de octubre de 1931, del matrimonio de Perfecto López y Delia Rodríguez, la vida del cardenal Lopez Rodríguez ha sido extraordinaria en muchos sentidos, pero algunos destacan dos razones principales: la luz que proyecta su carrera sobre el espíritu de la época, y su discurso en favor de la justicia y los más necesitados.

UN OBISPO PADRE DE SAN FRANCISCO DE MACORÍS

“Jesús María siempre fue un amigo sencillo, un hombre de Dios y de grandes condiciones morales y humanas”, dice el cardenal López, quien se sintió altamente complacido y orgulloso de que fuera el obispo Moya quien le sucediera en la diócesis de San Francisco, de la cual López Rodríguez fue su primer obispo.

Moya, quien además de pastorear la iglesia local, mantiene una presencia activa en la mayoría de las entidades sociales que hacen vida en San Francisco, de las que es presidente o asesor.

Es unánime el criterio de que un pastor de la valía, la sencillez, la humildad y la capacidad de trabajo de este obispo, lo convierten en un ser muy especial, admirado, querido y respetado por todos, incluyendo los líderes religiosos de las demás religiones e instituciones del Nordeste. Negociador y conciliador, el obispo Moya se ha descatado por su generosidad, respeto a todo ser humano y su defensa de los más pobres y desvalidos, al igual que López Rodríguez.



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