CONFESION AMARGA

Editorial Periódico Camino
Domingo 26 septiembre 2010
 

El servicio eléctrico que tenemos los dominicanos es el quinto peor del mundo, sólo superado por Bangladesh, Angola, Líbano, Chad y Nigeria, ha dicho el administrador de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales, CDEEE, señor Celso Marranzini.

Este anuncio deja al desnudo una cruda realidad que venimos arrastrando por décadas. En ese lapso de tiempo hemos escuchado a funcionarios del área eléctrica comunicar llenos de ilusión todo tipo de promesa para solucionar este grave problema que frena el desarrollo nacional. A través de estos años diferentes ejecutivos del sector eléctrico han proclamado a los cuatro vientos soluciones a corto plazo que ponen en entredicho la inteligencia colectiva.

Ha faltado decisión y voluntad para enfrentar este problema que desangra el erario público. Es un barril sin fondo. Con la cantidad de millones de dólares que se han invertido en subsidios para sostener un sistema energético cada vez más precario, es para que nuestro país ocupe primeros lugares en la producción de energía eléctrica que es sinónimo de progreso y desarrollo, si esos recursos se hubiesen utilizado en el crecimiento de ese sector.

La pregunta que todos nos hacemos es, ¿hasta cuándo seguirá este calvario? Los apagones están provocando la quiebra de muchos negocios, sobre todo los pequeños, que no pueden soportar el pago de las facturas a las Distribuidoras y costear al mismo tiempo los gastos que suponen mantener plantas propias.

La solución de este problema no puede postergarse más. Hay que buscar alternativas rápidas si de verdad se quiere salir de este hoyo en el cual hemos caído. No podemos seguir patinando entre teorías que no conducen hacia un puerto seguro. Ya es tiempo de ponerle fin a esta oscura y larga noche en la cual se ha convertido el débil sistema energético nacional.

Hay que seguir impulsando los proyectos de energía limpia a través de los parques eólicos, pero de forma dinámica y sin pausa.

Aprovechar la energía solar, que afortunadamente la poseemos durante todo el año. Evitar que en las redes de distribución se pierda una parte de esa energía que los usuarios esperan con ansia.

Lograr que todos los dominicanos/as paguen la electricidad que consumen, pero con una facturación justa. Frenar el abuso de algunos consumidores con poder económico que evaden el pago de este servicio, como han denunciado organismos internacionales. La carga la debemos llevar entre todos.

Estemos claros, sin un moderno y eficiente servicio energético jamás avanzaremos, y seguiremos ocupando lugares vergonzosos en el panorama mundial.
Fuente http://www.radioluzvirtual.com/